El encuentro inesperado
El viento silbaba entre los árboles del bosque mientras las hojas caían lentamente, meciéndose en el aire antes de posarse sobre la tierra húmeda. Era una tarde tranquila en las montañas, y todo indicaba que el otoño estaba tomando control del paisaje. Las tonalidades rojas, naranjas y doradas de los árboles pintaban el horizonte, mientras un suave crujido acompañaba cada paso que uno diera por el sendero cubierto de hojas caídas. El aire olía a madera y tierra húmeda, con un toque de frescura que solo los bosques pueden ofrecer.
El rescate
De repente, el rugido de un motor rompió la quietud del lugar. Un camión se deslizaba por la carretera que atravesaba el bosque, y su conductor, un hombre de unos cuarenta años, llevaba la mirada fija en el camino, preocupado por llegar a su cabaña antes de que oscureciera. En un abrir y cerrar de ojos, un perro apareció en el camino. El hombre frenó, pero el impacto fue inevitable.
El inicio de una amistad
Al llegar junto al animal, notó que respiraba débilmente. Sin pensarlo dos veces, lo cargó hasta su camión y condujo a su cabaña, donde lo cuidó durante días. Con el tiempo, el perro, a quien llamó Timón, recuperó fuerzas y se convirtió en su compañero inseparable. Timón había sido entrenado para llevar su correa en el hocico cuando salían a pasear, pues el comisario del pueblo no permitía perros grandes sueltos.
El accidente que lo cambió todo
Años después, mientras el hombre cortaba leña, sufrió un accidente. El hacha se deslizó y cortó su pierna, desangrándose rápidamente. En medio de su agonía, Timón corrió hacia la cabaña y regresó con la correa en el hocico, la misma que solía llevar en sus paseos. El hombre usó la correa como torniquete, y con la ayuda de Timón, logró llegar a la cabaña.
El favor devuelto
El hombre, agotado pero a salvo, recordó cómo había rescatado a Timón en la carretera años atrás. Esa noche, mientras acariciaba a su fiel amigo, comprendió que todo lo que das, de alguna manera, siempre vuelve.
Moraleja
Lo que se da, siempre vuelve. A veces, el amor y la lealtad regresan cuando más se necesitan. Porque en la vida, todo lo que entregamos de corazón, nos es devuelto en formas que jamás imaginamos.